Naranja su color, mecánicos sus triunfos. Holanda juega y gana. Lleva 21 partidos sin perder, ya bajó a Dinamarca y, también con el arco invicto, ahora le tocó a Japón. Los merecimientos acompañan sus seis puntos pero… Se le pide más de lo que puede dar.
Sabés que cuando hablás de Holanda, estás hablando de fútbol. Fútbol total. Naranja mecánica. O lo que se te plazca. Y que pensás en Cruyff. O en Gullit. O en Van Basten. O en Van Nistelrooy. Ahora en Robben (todavía lesionado), en Sneijder. O en… En Holanda. Porque sabés que cuando hablás de Holanda pensás en una tromba que, apenas cruza la mitad del campo, te puede avergonzar hasta las lágrimas. Te pasará por arriba. Porque su ADN hablará de maestros del malabar, estrategas, goleadores contundentes, y perfeccionistas del show. Pero, en el fondo, y más allá de las generaciones, los subcampeones mundiales de 1974 y 1978, cuentan ante todo con un marketing soñado. Una linda vidriera que a veces no alcanza ya que sus vitrinas siguen huérfanas de trofeos. Y no está mal. Aunque la historia, parece, que le exige más de lo que puede dar…
Cada Mundial, para Holanda, es una gran oportunidad de cambiar sueños y festivo bla bla bla por hechos. En criollo, salir campeón de una vez por todas. Será siempre candidata al trono, a lo Máxima, aunque jamás le terminan por aceptar la membresía. Esta vez, sin títulos de nobleza pero con una racha interesante, aparecía en la palestra con sus mejores ropas. Con la victoria frente a Japón, 1-0 en Durban, el equipo de Bert van Marwijk ya acumula 21 partidos sin perder (16 triunfos y cinco derrotas; la última caída, 6 de septiembre de 2008, 1-2 frente a Australia). Vale recordar que los tulipanes florecieron en Sudáfrica un año antes del inicio del Mundial, convirtiéndose en el primer país europeo en garantizar su plaza con un récord en Eliminatorias de ocho jugados y ocho ganados. Por ahora, el fixture contribuyó a alimentar su espíritu de equipo todopoderoso. Dinamarca apenas le hizo sombra en el 2-0 del lunes pasado y los orientales apenas si lo complicaron un poquito a pura pelota parada (principalmente, una vez en desventaja, aunque lights) y con un zurdazo desviado de Okazaki que pudo haber terminado en la hora rompiendo la burbuja. Más que mecánico, entonces, lo de los europeos fue automático. Y hasta con un particular modo de encarar los partidos, según la muestra: aguantar los trapos en el primer tiempo y calentarse en el complemento por abrir el marcador, hasta conseguirlo. Después, juega otro partido, moviendo bien el banco de suplentes con Afellay y Elía, por ejemplo.
Sucedió contra los daneses pero, también, contra los propios japoneses. Sucedió en el estadio del FC Twente, en septiembre pasado, cuando el sorteo todavía no había mezclado a holandeses y japoneses en el copón del grupo E. Y en ese juego Wesley Sneijder también tuvo un aporte importante. De aquel partido, las formaciones no llegaron a clonarse pero… Ocho de los titulares naranjas jugaron aquel amistoso; los azules repitieron siete hombres en su alineación inicial. Y, cosas del fútbol, también les costó abrir la puerta del triunfo. Según las crónicas, los nipones tuvieron el control del juego pero le faltó eso que necesitás para hacerte equipo de primer línea (más allá de su ubicación 45° en el ranking Fifa contra el 4° lugar del rival). Hasta que recién a los 24’ del segundo tiempo, Van Persie abrió el partido en lo que fue el inicio del 3-0 final, en el primer enfrentamiento en la historia entre Holanda y Japón. El juego lo cerró Hunteellar aunque, en cancha, ya no estaba Sneijder, el campeón de la última Champions League con el Inter y compañero de Diego Milito, Walter Samuel, Javier Zanetti y Esteban Cambiasso. ¿Qué le pasó? El japonesito Honda –el mismo que le dio a su selección el triunfo frente a Camerún- lo taló a la altura del tobillo y lo sacó… Se temió lo peor mientras las cámaras tomaban sus lágrimas, sus gritos de dolor y su salida en camilla…
Esta vez, su adiós fue distinto. Tras 82 minutos de juego le dejó su lugar a la promesa Afellay. Wesley ya había hecho lo suyo. A los siete minutos del complemento, después de un rechazo de la defensa asiático y un pase atrás, de pivot, de Van Persie, Sneijder clavó un fierrazo desde afuera del área que el arquero Kawashima favoreció metiendo los puños hacia adentro y desviándola hacia el palo opuesto… Era la única manera de romper el prolijo cerco japonés. Era la única manera de celebrar algo: Holanda ya se llevó todos sus puntos en juego. Su puntaje es ideal. Su juego continúa siendo idealista.
Fuente: Olé
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