Los consumidores holandeses que viven en el tercer país exportador mundial de productos agrícolas, los consumidores holandeses están acostumbrados a pagar precios bajos por dichos productos. La fuerte sensibilidad ante los precios que tienen los consumidores deriva del hecho de que alrededor de dos terceras partes de las frutas y hortalizas nacionales se exportan, principalmente a los países vecinos de los Países Bajos, como Alemania y el Reino Unido. Los productores y exportadores señalan frecuentemente que obtienen precios más altos en el extranjero; en esos países los consumidores están dispuestos a pagar precios más altos.
Siendo uno de los grandes importadores y reexportadores, los Países Bajos constituyen una entrada atrayente al mercado orgánico Europeo en general. Su infraestructura bien establecida y su larga historia de importaciones y reexportaciones hacen de los Países Bajos una entrada significativa al hinterland europeo. La mayor parte de los productos que entran en los Países Bajos a través de su puerto de Rotterdam continúan su trayectoria hacia los países vecinos y a Escandinavia. Los comerciantes holandeses son muy expertos y están acostumbrados a trabajar con los productores desde las fases iniciales de la transformación y certificación. Esta experiencia podría ser muy útil para potenciales exportadores orgánicos de los países en desarrollo.
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